Cierro este ciclo desde lo alto, respirando profundo y sintiéndome más ligera. El camino no ha sido fácil, pero nunca estuve sola. A cada persona que ha estado conmigo, a quienes siguen y a quienes ya no están, gracias.
Su amor, su apoyo, sus palabras, todo ha sido parte de esta fuerza que me ha sostenido. Sí, quedan cicatrices y secuelas, pero también queda vida… y mientras haya camino por delante, la batalla sigue