Lakshmi

Sin palabras, sin fotos, sin filtros: Mi experiencia en el Ecstatic Dance

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El lugar se llama Camp y está en Zipolite, Oaxaca. Al llegar, me recibieron con una pulsera diminuta, casi simbólica, pero al ponérmela sentí que cruzaba un umbral invisible. No era solo un accesorio, era una invitación a formar parte de algo más grande.

Desde el principio, supe que había una alberca y un sauna donde la única regla era estar completamente desnudo. Una parte de mí sintió curiosidad de hacerlo, pero otra se resistió. No era miedo, no era pudor exactamente, era… algo más. Tal vez la sensación de estar ante un nuevo umbral, uno que aún no estaba lista para cruzar. Y eso también está bien.

En ese lugar la primera actividad no fue bailar, sino mirar. Frente a mí, unos ojos desconocidos reflejaban mi incomodidad. Sentí el impulso de desviar la mirada, como si sostenerla por demasiado tiempo fuera una invasión. Me movía inquieta, esperando que el tiempo pasara.

El ecstatic dance es más que solo bailar, es un recordatorio de lo que significa habitar el cuerpo sin juicios, de la posibilidad de moverse sin restricciones, de la conexión que existe más allá de las palabras. En un mundo donde nos enseñan a controlar cada gesto, a contener cada emoción, hay algo revolucionario en simplemente dejarse llevar.

Y en realidad, esa es la esencia de Zipolite. Un lugar donde todo fluye sin juicios, donde te obligas a platicar mirando a los ojos, donde la libertad se vive sin filtros, donde el cuerpo y el alma pueden moverse sin miedo. Fue, sin duda, mi experiencia más whitexican hasta ahora… y fue perfecta. Me la llevaré conmigo en mi camino de autodescubrimiento, como un recordatorio de que la verdadera libertad no está en el lugar, sino en la forma en que elegimos experimentarnos a nosotros mismos.

Casi tengo fotos de esa noche porque el lugar lo prohíbe. Pero si te gana la curiosidad, puedes verte al espejo y preguntarte: ¿qué pasaría si me permitiera simplemente ser?

Tal vez deberíamos hacerlo más seguido.

Solo para conocedores

Se escuchaba el sonido de sanación del Shen (HAAAW) cada cierto tiempo, ese sonido que visualizas en rojo/rosa, exhalando profundo e inhalando las virtudes del espíritu en alegría, conexión y armonía.

Descubre y elige y tu destino

Por: Maye Padilla (Si vas a copiar, al menos dame el crédito)

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