No sabía exactamente qué iba a encontrar en Sitges, pero intuía que no sería solo un festival de cine.
Y no me equivoqué.
Allá, entre salas llenas de amantes del terror, la fantasía y lo imposible, sentí algo que va más allá del miedo: la belleza de lo roto.
Unos meses después, ya de vuelta en México, fui a ver “Frankenstein”, de Guillermo del Toro, en la Cineteca.
Y entonces todo hizo clic.
La frase de Lord Byron que cierra la historia —“The heart will break, and yet brokenly live on”— se quedó dando vueltas en mi cabeza.
El corazón se rompe… y sin embargo, sigue latiendo.
Esa es, creo, la esencia del cine de Del Toro.
Sus monstruos no son solo criaturas; son espejos.
Nos recuerdan que todos cargamos cicatrices invisibles, que buscamos amor y aceptación incluso cuando nos sentimos inadecuados.
Y tal vez por eso el monstruo de Victor Frankenstein es más humano que cualquiera de nosotros.
Ver esa película fue como mirar hacia adentro:
entender que el sufrimiento también forma parte de estar vivos,
que ser sensible no es debilidad,
y que la oscuridad —cuando se mira de frente— puede transformarse en arte.
Admiro profundamente a Guillermo del Toro.
No solo por su talento, sino porque cada vez que habla, nos devuelve fe.
Fe en la imaginación, en la bondad, en que sí se puede crear desde el alma,
incluso desde México, incluso desde el caos.
Y es que hay algo en su manera de ver el mundo que me inspira:
esa certeza de que el éxito no se mide en premios, sino en la capacidad de seguir soñando, aún con el corazón roto.
Elige tu destino.
#GuillermoDelToro #Frankenstein #Sitges #CineMexicano #Humanidad #EligeTuDestino
Por: Maye Padilla (Si vas a copiar, al menos dame el crédito)
